¿Cuántas veces había recorrido el mismo camino? No lo sabía. Pero lo conocía con certeza por circunstancias distintas a las que enfrentaba. Antes lo había transitado como una mujer en control de su destino. Ahora lo usaba como medio de escape de un futuro, sino amenazador, al menos incierto. Los recorridos previos la habían preparado para el presente. Sabía exactamente dónde podía esconderse, en qué parte del camino cobijarse de los elementos y lo más importante, hacia dónde quedaba el mar. El mar. ¿Cómo pueden tres letras esconder tanto? El mar representaba para ella tantas cosas. Al pensar en ese organismo de agua, arena y seres vivos se le venían a la mente un sinfín de imágenes, ideas y recuerdos. Algunos la hacían feliz y otros la atormentaban. El mar era el lugar donde se entrecruzaba su vida con sus sueños. Y ahora, tal parecía que también se convertiría en el lugar en el que se decidiría su destino. Así que siguió avanzando por un camino que ya conocía, en espera ...
Un lector vive mil vidas antes de morir, aquel que nunca lee sólo vive una. - George R.R. Martin