Hoy por la mañana finalicé “Asesinato en el Vicariato” de mi muy estimada Agatha Christie. Una excelente historia para aquellos amateurs amantes del género detectivesco. Los personajes son sencillos y agraciados representantes de la naturaleza humana: un vicario, eclesiástico de reputación intachable con una innegable debilidad por la belleza y carácter de su esposa; un noble coronel, hombre rígido, severo y acomodado; un inspector de policía, dedicado al ejercicio puro de la ley, pero ajeno al disgusto que provoca en otros; jóvenes bellas e inteligentes pretendiendo ser menos listas y despiertas de lo que en realidad son; y por supuesto, un grupo de solteronas cuyo único entretenimiento es averiguar los asuntos ajenos.
El vicario, es de mis personajes preferidos de éste libro…es interesante contemplar los prejuicios de la época desde el punto de vista de un eclesiástico que, aun conociendo la posición que según la iglesia debe adoptar en cada situación, termina cediendo a sus impulsos personales. Continuamente se queja de la falta de dedicación de su esposa Griselda al trabajo doméstico, lo cual era considerado como uno de los deberes sagrados de las mujeres casadas en ese entonces, y recalca que el celibato es el estado ideal de un hombre en servicio a Dios. Sin embargo, no puede sacarse a su esposa de la cabeza, atribuyéndose la culpa de sus desvaríos por haberse casado con ella en un inicio y disculpa todos y cada uno de sus caprichos y mentiras con excusas… al final, su declaración amorosa lo delata: "Griselda, I adore you! I worship you! I am wildly, hopelessly and quite unclerically crazy about you!"; admitiendo abiertamente que sus sentimientos hacia Griselda son más ardientes y menos “santos” de lo que deberían ser. El vicario se embarca en una investigación del asesinato que, sin darse cuenta, se convierte en una investigación sobre la naturaleza humana, en la cual descubre que sus percepciones y juicios sobre los miembros de su congregación se quedan cortos al intentar descifrar los motivos y acciones de éstos.
Otro personaje que encontré sumamente interesante es la hermosa y agridulce Lettice. Bella, rica y envidiada por todos, vive con su padre y su madrastra, a quién odia. Al principio, no es posible determinar si es una mujer consentida e incapaz de reflexiones sensatas o una mente complicada y ágil que entiende que para obtener lo que desea, debe asumir el rol que por su posición y belleza se espera de ella. Fue una agradable sorpresa descubrir que detrás de sus caprichos se escondían impulsos en cierto sentido nobles y nada egoístas.
Nos encontramos por primera vez con la encantadora Miss Marple, quien más adelante se convertiría junto con Hercule Poirot, en uno de los protagonistas mas queridos de las novelas de nuestra amiga Agatha. Desempeña un papel intermitente, casi secundario durante el desarrollo de la historia, pero al final, es gracias a las revelacinones que Miss Marple hace al vicario y al detective que se logra resolver el asesinato. Sus intervenciones son espaciadas y puntuales, enfocándose la historia desde el punto de vista del Vicario, quién a su vez va adquiriendo poco a poco, un sentido de admiración y respeto por la lógica y la capacidad deductiva de su anciana vecina.
La revelación del asesino y su cómplice me sorprendió. La historia tiene una forma curiosa de contradecirse, señalando a los culpables desde un inicio y luego convenciendo al lector de la imposibilidad de su participación en el hecho, lo cual anima al inocente lector a seguir especulando, únicamente para regresar a los sospechosos originales, obviamente con motivos y planes muy distintos a los contemplados en un principio.
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