Hay una escena plasmada en La verdad sobre el caso Savolta, justo antes del desarrollo del mitín y la represión subsiguiente, que exhibe una
Barcelona de principios del siglo XX donde la dualidad de la realidad se
percibe claramente. Por un lado, hace referencia a “la gente que aprovechaba la
tibieza en las terrazas de los cafés” (Mendoza, 1975, p. 68) y a lo llamativo y
hasta alegre del boulevard de las Ramblas. Se sobre entiende que incluso al
final de la narración, el ambiente en las Ramblas se mantuvo inalterado,
constituido por paseantes y transeúntes indiferentes a la lucha social que se
llevaba a cabo a pocas cuadras.
En contraste se describe un ambiente casi
sombrío en la Plaza Cataluña, iniciando con “un grupo numeroso escuchaba en
silencio” y que luego evoluciona hasta tornarse violento y cargado de
desesperación. Esa evolución es casi imperceptible al inicio y se vuelve
ineludible a medida que avanza la historia. Comienza con la puesta en escena de los
guardias y luego paulatinamente avanza con las apariciones de los republicanos,
los separatistas, los jóvenes bárbaros de Lerroux y la caballería, que llega a
apoyar a los guardias de a pie.
Es decir, mientras el boulevard rebosaba con
personas bulliciosas y hasta alegres, en la plaza explotaban los ánimos
agresivos y de lucha. Es un espacio social marcado por la desigualdad social y
la diferencia de posiciones políticas. Esto se ejemplifica en los perfiles de
las personas que se involucran en la historia: primero, los que llenan las
Ramblas son militares, floristas, estudiantes, marinos, es decir hasta cierto
punto se podrían describir como una clase media que reside cómodamente en
Barcelona; segundo están los guardias de a pie y la caballería, que forman el
frente de lucha unido en pro de una clase burguesa que incrementa las
exigencias sin ofrecer más beneficios;
tercero se aprecia los grupos políticos que surgen de distintas
ideologías y que forman parte del pueblo y de las clases media y burguesa; y
por último está el pueblo, la clase obrera que en la búsqueda de una mejor
condición social y económica se ve envuelta en disturbios.
Llama la atención como el ambiente se vuelve
violento y crudo. Se pasa de un espacio sombrío a golpes con cachiporras,
piedras y sables que afectan a mujeres, ancianos, a personas de todas las
edades. Eduardo Mendoza es bastante explícito en este punto, describiendo las
distintas reacciones de los involucrados a los ataques de la caballería y los
demás grupos y cómo las personas, al recurrir a la violencia, sólo perdían su
libertad en algunos casos y su integridad física en muchos otros.
Es interesante la dualidad de Javier Miranda y
Teresa. Es decir, Teresa muestra una clara curiosidad por conocer de primera
mano un mitin y se muestra alegre y energética. Pero Javier es lo contrario, es
más prudente, se ve impulsado por Teresa a ver el mitin y más bien expone una
propensión citadina, lo cual Teresa niega. Es como si Teresa representara esa
clase burguesa que busca vivir alejada del pueblo de las multitudes, pero que
no puede dejar de sentir curiosidad por los acontecimientos.
La escena con tres oraciones que
resume la dualidad y la indiferencia: “Los transeúntes se hacían los sordos.
Nosotros seguíamos corriendo cogidos de la mano. Eran días de irresponsable
plenitud, de felicidad imperceptible.” (Mendoza, 1975, p. 68) Aquí se aprecia
la indiferencia de las personas que proseguían con su vida en las Ramblas,
ignorando de forma consciente lo que sucede a su alrededor, sin importar que
tan evidente sea ni el costo social que implica.
Al hablar de “felicidad imperceptible” (Mendoza,
1975, p. 68), Eduardo Mendoza atina a señalar el estado de las personas que
debían vivir a principios de siglo en una Barcelona plagada de inestabilidad
social y de injusticias. Es muestra de una obra capaz de crear lazos con
aquellos que se han visto involucrados en luchas similares durante tiempos
distintos, ya que aunque no todos los lectores conozcan Barcelona, todos los
países han vivido tiempos de inestabilidad económica y social.
Bibliografía
MENDOZA, Eduardo (2015), La verdad sobre el caso
Savolta, Ed. Ana Rodríguez-Fischer, Barcelona, Austral.
NAVAJAS, G., LAURENCE GARINO, A. y HERRÁEZ. M.,
(2000), Eduardo Mendoza, En Historia y crítica de la literatura
española (Coord. Francisco Rico), Vol. 9/1, Los nuevos nombres: 1975-2000
(Coord. Jordi Gracia), Barcelona, Crítica, pp. 310-319.
VILLANUEVA, D. y OTROS (1992), La nueva
narrativa española, En Historia y crítica de la literatura española
(Coord. Francisco Rico), Vol. 9, Los nuevos nombres: 1975-1990 (Coord. Darío
Villanueva y otros), Barcelona, Crítica, pp. 285-305.
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